jueves, 16 de junio de 2016

Festival del Arroz con Leche de Cabranes: la fiesta más dulce del norte de España


El Festival del Arroz con Leche de Cabranes, del que tuve la suerte de disfrutar en persona, es una cita ineludible para cualquier goloso. Una vez al año Santa Eulalia (Santolaya) de Cabranes, en Asturias, cita a todo el que quiera disfrutar de este postre típico de la provincia y con especial gusto en este concejo, experto en su elaboración. Este festival celebrado el segundo domingo de mayo y declarado de interés turístico regional convoca a concurso a todos los que crean que su arroz con leche es el mejor de todas las que compiten año tras año.

-Las fiestas:

Este evento queda enmarcado en las Fiestas Patronales de San Francisco de Paula, celebradas ese mismo fin de semana, el segundo de mayo y que comienzan el mismo viernes.
Como es típico en casi todos los pueblos españoles, se realiza la “coronación” de las reinas, que en este caso es una imposición de bandas a la Xana, Xanina (evocando a las musas de la mitología astur) y a las Damas de Honor. Se prosigue con el pregón a cargo del cronista oficial del concejo, Enrique Monetina y con la colocación de un paraguas en lo alto del árbol de la plaza del pueblo. Tradición que, según dicen, sirve para espantar al famoso orbayu (llovizna en asturiano), que año tras año acompaña a las fiestas en su trascurso por el fin de semana.
Tras una traca de fuegos artificiales comienza la parrillada de confraternización de todos los vecinos y allegados a la villa para continuar con la verbena bien amenizada por la orquesta y por la sidra que encharcó el suelo abundantemente.
Al día siguiente y tras un costoso despertar, pude comprobar la tan bien ambientada “sesión vermú” (no sé a qué se le debe el nombre, pues era sidra lo que llenaba los  vasos). Por esas mismas horas los niños podían disfrutar de juegos infantiles a cargo del Grupo de Teatro “Los Glayus”. Por la tarde y después de una ligera comida, copa astur-cántabra de la modalidad de bici BTT, que trascurría por el pueblo y sus bonitos y frondosos bosques de los alrededores. De noche, más verbena, más sidra…
Al fin llega el día más esperado de cualquier “morcillón” (como se conoce entre los pueblos vecinos a los habitantes de la capital), el Festival del Arroz con Leche, que desde las diez de la mañana abre sus puertas con un mercado astur y un pasacalles (me supongo que para despertar a los remolones) de la Banda de Gaitas “El Gaitero”, de Villaviciosa.

-El cuadro

Oficialmente el Festival del Arroz con leche comienza el mismo domingo, a las diez de la mañana como cité antes y concluye con el fallo del ganador por parte del jurado popular. Sin embargo, tras charlar con algunos locales, la preparación de esta peculiar festividad comienza mucho antes y viene dado  por la creación del cuadro que se entregará al primer premiado del concurso y que además es el motivo principal del cartel.
Subo al barrio de El Vallín, el más alto de la capital, donde allí me cito con el pintor cabranés SantosMonestina.

Sentados en el porche de su casa, disfrutando de las vistas y del verde asturiano, me cuenta su inspiración y su motivo para el cuadro de este año. Suele siempre basarse en el paisaje de la zona. Algo más tarde comenzó a retratar su paisanaje y últimamente se ha atrevido hasta con temas de arte contemporáneo y basado en la cartelería. Este año simplemente se fijó en el propio día de la festividad, en lo que se cuece (nunca mejor dicho) en los momentos previos a la misa y procesión del santo, hito central de las fiestas de todo el fin de semana. En el alféizar de todas las ventanas del pueblo brillan las bandejas de arroz con leche al sol y fresco, a la vez, que mayo trae por estas tierras. “Todas las casas sacan en fuentes el arroz con leche recién hecho a enfriar a la ventana, ¿qué hay más representativo que eso para hacer una cuadro acerca del concurso?” me explica. Continua diciéndome que, como guiño al Festival, la tarrina pintada en el cuadro es la oficial y homologada por la organización para presentar a concurso: “obviamente las que se ponen a enfriar son mucho más grandes. Las comidas el día de la fiesta se hacen en familia y con estas fuentes tan pequeñas... ¡no daría ni para media persona!” asegura Monestina entre risas. Cabe destacar los nada despreciables 16 cm de tarrina, donde perfectamente, bajo mi parecer, puede postrear una persona.

-Los orígenes.

Me dirijo después de la entretenida tertulia a mi siguiente cita. Laureano Corrales me abre las puertas de su casa en calidad de amigo, sin embargo, a sus espaldas lleva la ilustre insignia de ser uno de los precursores del Festival y acérrimo defensor de las fiestas. Es además cofrade mayor de la Cofradía del Arroz con Leche, que me cuenta, fue fundada recientemente, hace dos años, ante el imperativo de solidificar en forma de hermandad esta pasión por el postre.
Desde sus inicios en 1979, Corrales ha estado siempre presente en la organización del Festival (y mucho antes de las Fiestas Patronales). En su condición de administrativo del ayuntamiento comenzó con el entonces alcalde Joaquín Lloris esta idea surgida en la mesa de uno de los bares de pueblo (como tantas otras maravillosas ideas). “Este postre fue siempre no solo elaborado, sino mimado y querido por todas las mujeres del pueblo. Desde luego, la calidad de aquellos arroces con leche era excepcional, teníamos que hacer algo” me cuenta.
De aquí surgió la idea primigenia de realizar esta festividad, sin embargo, les faltaba el día en la que colocarlo. Esta idea surgió “al momento”, tendría que ir fechado como culmen de las fiestas del pueblo.
A partir de aquel año y hasta hoy día, los segundos domingos del mes de mayo se juntan en la capital cabranesa los mejores arroces con leche que se puedan encontrar en los más amplios alrededores.

Noticia de la TPA de la vigésimo novena edición del Festival, en 2008:


-La Cofradía.

Fue en el año 2012 donde el alcalde de Cabranes, Alejandro Vega, insinuó la creación de una entidad que divulgara el postre asturiano por excelencia y, por extensión, este pequeño concejo del centro de Asturias.
No fue hasta el 2014 donde esta gestación llegó a su fin. Enfundándose sus capas marrones color canela fabricadas con lana del concejo y su sombrero de ala con una rama de esta especia y una cuchara de madera en la cinta que rodea al mismo, inauguraron el I Gran Capítulo de la Cofradía del Arroz con Leche de Cabranes. Las diecisiete cofradías asturianas existentes acudieron a la invitación de la nueva anfitriona y desfilaron con ella hacia la casa del pintor Monestina para la recepción del cuadro que se llevaría el primer premio del festival. Este acto que se viene repitiendo desde entonces.


Ha llegado el domingo, el día grande, el día del Festival. El sol reluce y hasta los más escépticos opinan que es gracias al paraguas colocado en el árbol. La plaza del pueblo donde se sitúan las tarrinas concursantes cada vez se llena un poco más. La banda de gaitas caldea el ambiente ya animado por el mercado y los primeros “vermuteros”.
Según las estimaciones este año han asistido al Festival unas tres mil quinientas personas que abarrotaron el pueblo. Este número se ve reducido con respecto a otros años, fundamentalmente debido a otras festividades de mayor tamaño como la Feria de la Asunción en Oviedo.
A partir de las 11 de la mañana el jurado popular, inscrito en los meses previos, prueba las ochenta y una tarrinas presentadas este año. Según su propio criterio y con las tablas de puntuación que la organización les facilita, tendrán que catar diez muestras por juez para elegir al nuevo ganador. Una vez acabado el tiempo la cata queda abierta a todo el curioso que quiera realizar su propio juicio o que quiera atacar a la cazuela con menos arroz con leche (como comprobé luego, la ganadora).
Antes de este fallo se llevó a cabo el pregón a cargo del geólogo Jaime Izquierdo, de Piloña, un concejo vecino. Destacó Izquierdo en sus palabras que “el mejor arroz con leche del mundo, el que marca el canon exacto del gusto, el que reúne todos los matices de sabores combinados y texturas es el de casa”. También recalcó la importancia de una educación alimenticia de los niños para que amen la tierra y reivindicó el futuro del campo asturiano, apuntando que “en algún momento de nuestra historia alguien trajo un recurso de fuera -el arroz- y después alguien lo combinó con un recurso de dentro -la leche-. Esa es la paradoja que debe animarnos a preparar en Asturias el futuro en las nuevas relaciones entre campo y ciudad”.
Tras entregar religiosamente mi participación con la inestimable ayuda de Esther Palacio que me ayudó a prepararlo, no me pude alzar ni con el cuadro ni con ninguno de los otros nueve premios que se otorgan. Sin embargo sí pude probar las de todos mis contrincantes para coger el experto paladar que se necesita de cara al año que viene. Sin duda me voy de Cabranes con un muy buen “sabor de boca”.


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